23.1.12

Expresión musical: gritos de cólera

Las raíces del hip hop vuelven a su continente originario- África- para convertirse en símbolo de expresión de la juventud libia. Si bien este movimiento artístico comenzó originariamente en 1970 en comunidades afroamericanas y latinoamericanas en Nueva York , el género  se ha expandido a varios países, que bajo sus respectivas re-interpretaciones le han dado su toque distintivo.

Libia no escapa a la excepción

El género comienza a introducirse a principios del 2000 a través de medios televisivos, más específicamente: a través de las trasmisiones de MTV Arabia. Virtualmente, se podría trazar una línea que señale un Antes y un Después. Primero, la interpretación libia ha sido producto inmediato de la coyuntura política, que bajo las restricciones del régimen, el contenido de las letras ha sido ceñido. Con la muerte de Kaddafi entra el nuevo período de plena expresión de sus letras con un significativo peso social y político. “Después de Kaddafi, por fin música y política se mezclan”.
 A diferencia del caso norteamericano – que ha sido instrumentado como un medio de inclusión social- el hip hop libio ha servido como medio de manifestación, de resistencia, de revolución. Varios temas condenaban al coronel y a  su gobierno, otros, se destinaron a la memoria de los difuntos en la revolución. Como relataba un protagonista de la Revolución para un artículo de The New York Times: ““Before the revolution, music was just a way to kill time because we didn’t have any freedom of speech”. “If you talked about politics or stepped on any of the government’s red lines, they would put you behind bars. You’d be dead.”

El enojo y la frustración tienen su expresión lingüística

No ha sido de casualidad, que uno de los temas más conocidos haya sido escrito en inglés como burla al sistema: “Libya bleeds just like us”. El tema de G.A.B se ha difundido a través de Youtube y páginas de libre apertura social, aunque todavía no ha ganado una fuerte popularidad a nivel global.


Letra:





Los tiempos que corren son de olas de cambios difíciles de predecir y muchas veces de comprender en su totalidad. Observamos así que a lo que a Occidente le llevó dos siglos, al mundo árabe le llevó estos últimos 40 años. Desde los puntos más irracionales han tenido su significancia en la transitoriedad del tiempo: aquellos tiempos en que el pueblo temía al gobernante, a tiempos en que el gobernante teme al pueblo.

Mary Florence
Enero 2012

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