El más cohibido de los demás coexistentes. El más reservado entre los más precipitados. El más enmarañado para desprenderse de esa columna áspera y porosa en su textura próxima a mis sensibilidades. ¿Pero qué es a lo que ha de temer, ocultar, protegerse de? Es que jamás encontrará fiel espacio para confesarlo, por lo tanto mi pluma seguirá escurriendo sudor. Y entre una combinación de agua sódica y pigmentos oscuros desparramados sobre esa aproximación de espacio-confesionario su serenidad se desvanece en una negación rotunda. El único hálito que nos deja no será más que la mera ilusión de alguna vez aproximarnos a su más preciado y mezquino arcano. Espero el trazo del silencio en un indicio, un paso cercano, un camino de guía.
Mary Florence
Julio 2009
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